Tu unica amiga cuando todos se van

Que terrible es la compañía de la soledad, tan engañosa y sutil al comienzo, y asfixiante y molesta cuando te tiene en sus garras. Entra en tu vida como un simple detalle inofensivo, el cual ni te molestas en examinar. Se hace aunque no lo quieras, tu mejor amiga, a la que recurres cuando necesitas claridad, pero a cambio se cobra el favor al aparecer cuando todos se van. Pone su suave mano en tu hombro y su fría opresión en tu corazón. Siempre a tu lado, silenciosa, expectante a tus pensamientos. Se vuelve rutina y aunque trates de trabar conversación con ella, solo escucha sin opinar o hacer gesto alguno, es un zombi oculto en el aire, solo esperando a que la inhales, poco a poco, hasta ocupar de esa forma tu ser completo. No tiene aroma, pero la hueles, no tiene masa, pero aun así ocupa espacio, tu propio espacio. Tratas de perderla mezclándote en las multitudes de hombres perdidos en sus mundos; creyendo que encontrara mayor interés en alguno de ellos; por un instante crees que la haz perdido; tal vez por el frenesí que causo tu huida de ella; pero al final, en la noche; cuando ya no hay almas vagando errantes en las obscuras calles; aparece en una esquina, esperando por ti, su ingenua preza... fallaste, no ha sido burlada, ni engañada. Llega un momento en el que te acostumbras a ella, convirtiéndose en un miembro más de tu entorno, ¡no! convirtiéndose mas bien en un monstruo que crece a medida que se traga tu entorno.

Otro día ha transcurrido, y me sigo hundiendo en este abismo,
mi sombra se ha diluido en lo negro de este entierro,
mis ojos se han fundido y solo vislumbro luces de sueños ajenos,
solo en una parodia impuesta por mi destino,
es un suplicio encadenado a la agonía enmudecida en el vasto vació de mi existencia.

La sustancia etérea que dinamizaba mis días ha sido evaporada por mi capricho a estar aislado de la vida…